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Inseguridad: ¿un problema de todos?

Estimados amigos lectores de JUDKMI, nuevamente me encuentro con ustedes después de un tiempo largo, bastante –diría yo-, pero bueno, lo importante es que seguimos en contacto a través de este blog. Han pasado muchas situaciones, como celebraciones cívicas, aconteceres diarios, que, para bien o para mal, han quedado impregnados en nuestros ojos, en nuestra mente. Un ejemplo: las Elecciones municipales y regionales del año pasado, acá en Perú. Los votantes, ciudadanos de a pie, acudimos a las urnas para emitir un voto que, se supone, es responsable e informado, principalmente. Y bueno, las sorpresas fueron grandes, no hay duda de ello. Algunas autoridades van cumpliendo su labor, otras no, piensan que los actos son ´flor de un solo día´, pero bueno, démosle la oportunidad o hasta el mismo beneficio de la duda, porque recién van menos de seis meses, así que no prosigo a emitir un juicio crítico, porque adelantarme no sería lo adecuado.

Y ya que mencioné o escribí de las autoridades electas, en nuestra región o hasta nivel nacional, cabe mencionar las propuestas, sí, esas que –en muchos casos-, quedan solo como ideas y no se llegan a concretar, por diversos motivos… ¡En fin! La cosa o el aspecto central es el título que ustedes mismos han leído: la inseguridad. Además, ya lo decía al inicio de esta Opinión, suelen pasar hechos que nos quedan en la retina y dan vueltas por nuestra mente, pueden ser preocupaciones o situaciones vividas, los asaltos, por ejemplo. Todos proponen o propusieron, o mejor aún, ahora que estamos en un año preelectoral, luchar absolutamente contra la delincuencia, el pandillaje, el vandalismo, esas cuestiones negativas que acechan nuestra sociedad, hechos impertinentes, en la totalidad de los casos, que cinco a ocho de cada diez peruanos vive ´en carne propia´. Pero nadie se ha puesto a pensar, acaso, ¿en lo que da origen a este problema?, es decir, podemos estar en contra (y debemos estarlo) de la delincuencia, porque además de que moralmente es malo, no es positivo para ninguna sociedad, comunidad o demás. Y la inseguridad va de la mano. Salimos de casa, estamos inseguros; vamos a un lugar, estamos inseguros; subimos a una movilidad, estamos inseguros; ni en la esquina, bodega, restaurant, local cualquiera, estamos seguros, porque no sabemos si en cualquier momento nos pueden asaltar o hacer daño.

Digamos que se puede tener toda la buena voluntad de luchar o afrontar con políticas públicas, con respecto al tema, pero si no se aplican adecuadamente, es como ´echar papas a un saco roto´ y eso no es lo que se quiere, se necesitan acciones rápidas y eficientes, un trabajo conjunto de la Policía Nacional, del Ministerio Público, como ente investigador y acusador, y del Poder Judicial, para administrar adecuadamente ese derecho que les compete a todos. No es cuestión de la noche a la mañana, lo sé, pero tampoco es imposible.

Pero si nos centramos en el tema, se crean diversas posturas, yo me adecúo más a la que les voy a explicar: todo depende de la familia, la educación que se le dé a una persona, los padres deben cumplir un rol importante en la vida de niño, del adolescente y del joven, porque su formación en esas primeras etapas, es fundamental para el resto de la vida de la persona. Si se educa en valores y se está pendiente de la formación del niño, por ejemplo, se va a formar a un ciudadano con altos índices o probabilidad mayor para no incurrir o caer en actos vandálicos. Y así sucede en todos los aspectos. Profundicemos en ello, uno se siente inseguro por el ambiente en el que se puede encontrar en un momento específico, pero para ello hay antecedentes, cómo es que se llegó a dicho lugar, por qué se acudió a ese lugar, con quiénes uno se rodea, entre otras cosas; si se ha formado bien a la persona, dudo mucho, aunque nadie podría asegurarlo, que va a fallar.

La inseguridad va por ese lado, es un problema que se vive en cualquier parte del mundo, no lo niego, pero veamos nuestra realidad, no hay necesidad de irse a otra zona, ciudad o país, pasa acá en Piura, Trujillo, Lima, Cusco, Ucayali, en el Perú entero, y depende de todos ir erradicando ello. La solución está en los hogares y en las aulas, pero más en los hogares, porque si bien es cierto, los educadores solo van moldeando lo que los padres enseñan y aumentan el aspecto de sabiduría en la persona, se va potenciando ello.

El problema del sicariato, asesinatos, asaltos, amenazas y demás, forman parte de ese conjunto malévolo que nos rodea, lamentablemente. Como lo indiqué anteriormente, se puede tener toda la buena voluntad por parte del Gobierno Central, de los Gobiernos regionales y locales, de la Policía y de quienes administran justicia, pero si no se aplican medidas realmente, significativas y necesarias, no tendremos los resultados que queremos: ir sacando esa lacra social, que es la inseguridad.

Nadie está libre de sufrir un asalto, a causa de la inseguridad, pero ¿se podría evitar? Es la pregunta, depende de nosotros respondernos interiormente si es que estamos dispuestos a ´poner ese granito de arena´ para que nuestra sociedad cambie, para que nuestros niños y jóvenes, adultos y ancianos, salgan libres por las calles, afuera de sus casas, sin el peligro latente o la temeridad de saber que pueden ser asaltados en cualquier momento, por sujetos inescrupulosos que sin trabajar, buscan el medio fácil con un fin dañino: robar. Sé también que lo de la inseguridad no es un problema de ahora, ha existido y pueda que siga existiendo, pero con buena formación, con ideales y políticas adecuadas, iremos poco a poco desterrando y evitando la inseguridad. Parece un sueño, pero soy un convencido que juntos, y si tomamos este problema como si fuera de todos, porque aunque no lo crean lo es, vamos a lograr buenos resultados.

Unamos esfuerzos, presentemos ideas a nuestras autoridades y daremos, desde nuestra perspectiva solución a este problema que, después de haber hecho este análisis, es de todos. 

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